Credit photo: Jan Godek

Sólo necesito cerrar los ojos, concentrarme un poco…y sí, miles de recuerdos me recorren la mente.

Las imágenes se disparan por sí solas, como en una pelicula. El objetivo de la cámara coincide con el punto de vista del protagonista, con mi punto de vista.

La cámara se mueve rápidamente, corre entre la gente, esquiva a las mismas ; a veces se para, enfoca las imagenes y luego reanuda su ruta.

Mi película se repite cada vez que cierro mis ojos o siento ese perfume tan particular; y también ahora, al final de la tarde, cuando los rayos del tímido sol de la primavera invaden mi escritorio.

Un año, tres meses.

La carga emocional de esos tres meses no se olvida fácilmente. Cualquier experiencia Erasmus te enseña a vivir, sea de 6 o 12 meses, sea de estudios o de prácticas, como en mi caso.

Te enseña a disfrutar al máximo de todos los hechos que te empiezan a ocurrir.

“Disfrutar”… un verbo que no tiene su correspondiente  en la lengua italiana; quiere decir divertirse, gozar, aprovechar… en una sola palabra, para mí, quiere decir vivir.

Vivir, porque sabes perfectamente que esos momentos, con las mismas personas, en esos exactos lugares pronto terminarán.

Entonces te enteras de que no puedes perder tiempo, que tienes que disfrutar al máximo cada instante.

7 de Marzo de 2018, proclamación de mi licenciatura. Fiestas, amigos, parientes.

10 de Marzo de 2018, Aeropuerto de Pisa, dirección Madrid.

Estación de Atocha, Madrid. Entre la búsqueda de un enchufe para cargar el móvil y las infinitas llamadas para buscar una casa de aquiler, espero el tren

para Córdoba.

Estación de Córdoba. Dos maletas y una mochila. El taxista se pone a cantar canciones de Tiziano Ferro.

Plaza de la Corredera. Entro en el Bed&Breakfast.

Lo increíble es que podría seguir con todos los detalles e incluso escribir un libro. A lo mejor podría desafiar al notable Joyce y hacer de estos recuerdos mi mayor “Ulisse”.

La cámara está de nuevo en acción: Calle Fernando Colón, el gato de la vecina sigue mirándome, escondiéndose entre las flores del balcón. Calle Tornillo, los niños acaban de salir de la escuela; todos llevan calcetines y pantalones azules. Calle Agustín Moreno, el chico que vende esas golosínas está siempre fuera de la tienda a la misma hora. Calle Agustín Moreno 37, todavía recuerdo el café con leche que tomé en un bar antes de entrar por primera vez al despacho donde tenía que realizar mis prácticas.

7 de Mayo: croquetas de jamon y salmorejo de almendras, Jazz Café: “ Dos Cuba Libre, por favor”. Las lagrimas caen por la emoción.

12 de Mayo: Sevilla, Plaza de España. Mi sueño se ha hecho realidad.

24 de Mayo: Feria de Córdoba. Rebujito, Flamenco, Sevillanas.

Marzo-Mayo 2018. España. Una explosión de vida.

A cura di: Chiara Cutello

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